No es tan cierto que para llegar a Johannesburgo desde Montevideo haya que recorrer 7.880 kilómetros A los jugadores de la selección uruguaya les alcanza con sumar tres puntos para unir Uruguay con Sudáfrica en un viaje directo.
Nada más que tres puntos y presencia asegurada en la gran cita. Parece increíble que así sea, después de unas Eliminatorias que estuvieron marcadas por los vaivenes más pronunciados, por partidos o unidades que se escaparon incomprensiblemente. Pero es la realidad. La distancia es bien corta. Ganando hoy en el Centenario, nada ni nadie evitará que el nombre de Uruguay se incluya en el sorteo que la FIFA realizará para armar los grupos de su próxima Copa del Mundo.
Sí, es cierto, por más que el tres sea muchísimo más corto que los 7.880, no es tan fácil de conseguir. Para hacerlo, Uruguay tiene que superar a su clásico oponente del Río de la Plata.
El reto es complicado, no hay que dejarse llevar por el panorama que presenta la Argentina de Diego Armando Maradona, principalmente porque un clásico siempre genera otras cosas.
Cuando dos casacas con tanta pica se enfrentan, siempre hay factores que aumentan las dificultades. Más tensión. Más nervios.
Lo bueno es que hoy, quizás como pocas veces -tomando como referencia los últimos tiempos- hay paridad. Ni de un lado están todos los cucos, ni del otro se depende en forma exclusiva de lo que hagan uno o dos "salvadores". Entonces, el desafío, la posibilidad de gritar bien fuerte ¡África mía!, crece con la misma devoción con la que la gente agotó las entradas para ser testigos del eterno duelo.
Es un clásico y por eso hay que jugarlo como tal. Con dientes apretados. Con la pierna bien firme. Pero con la cabeza fría. Sin olvidar que el más inteligente es el que podrá sacar la ventaja.
Parece que será un duelo de estudio, de estrategia. De aguante y de máxima concentración.
Argentina corre con la ventaja de estar arriba en la tabla de posiciones, lo que le permitirá ir al Mundial con sólo empatar. Pero viene jugando poco, más bien poquito, y Uruguay tiene la gran oportunidad de darle una enorme alegría a la gente. Es hoy. No hay dudas.
El banco El "Cebolla" como relevo Dos dudas debe despejar el maestro Tabárez. Una es si tendrá en el banco de suplentes al "Cebolla" Cristian Rodríguez, quien ayer a la tarde entrenó a la par de sus compañeros sin ningún inconveniente, y la otra es si incluye a otro zaguero como relevo, en este caso Mauricio Victorino, o al volante Álvaro Fernández. El resto de los que estarán a la orden del entrenador está claro: Juan Castillo (arquero), Jorge Fucile (lateral), Sebastián Eguren, Edison Cavani y Sebastián Abreu. De acuerdo a lo visto en el entrenamiento de ayer, el "Cebolla" Rodríguez tiene asegurado un lugar entre los 18.
ATENCIÓN A ....
Luis Suárez
Es uno de los goleadores de Uruguay en las Eliminatorias y tiene la habilidad y potencia suficientes como para vulnerar cualquier retaguardia. Puede definir él o habilitar a Forlán.
Juan Sebastián Verón
El mediocampista es el que puede aportar la jugada sorpresiva y punzante. Tiene una extraordinaria pegada y puede complicar con sus remates o sus pases largos.
La historia La vuelta en la cara un día como hoy El 14 de octubre de 1917 en el Parque Pereira (entre lo que es hoy la Pista de Atletismo y el Velódromo Municipal) Uruguay se consagró campeón sudamericano de fútbol al vencer a Argentina por 1 a 0. El gol del los celestes fue conquistado por Héctor Scarone a los 62 minutos de juego. El duelo rioplatense por el título continental fue presenciado por 40.000 espectadores.
Los goles de ángel romano en 1917 El árbitro de aquella final fue el chileno Juan Livingstone. A Uruguay lo defendieron: Saporiti, Foglino, Varela, Pacheco, Rodríguez, Vanzzino, Pérez, H. Scarone, Romano, C. Scarone y Somma. Antes de la victoria sobre Argentina, Uruguay le ganó 4-0 a Brasil y 4-0 a Chile. El goleador del equipo fue Ángel Romano con cuatro conquistas y detrás suyo siguió Carlos Scarone con tres.
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